jueves, 31 de mayo de 2012

¿Has sentido alguna vez el síndrome del domingo?


No sabemos que tienen los domingos pero lo cierto es que para muchas personas, el último día de la semana les genera sentimientos negativos muy diversos. Pueden ir desde la tristeza o la melancolía hasta la apatía o incluso la ansiedad.

A este conjunto de estados de ánimo, algunos psicólogos lo han bautizado como el Síndrome del Domingo. Hoy en nuestro blog, vamos a contaros por qué se produce y cuál es la mejor forma de evitarlo.

El Síndrome del Domingo es más habitual que se produzca en otoño e invierno, ya que son las épocas del año más frías y en las que los días son más cortos. Dichas circunstancias invitan a quedarse en casa y este hecho desemboca en muchos casos en estados de ánimo melancólicos o tristes.

Ahora bien, ¿cuáles son los motivos que nos conducen a dichos estados de ánimo?

Muchas veces generamos muchas expectativas ante el fin de semana que se aproxima, bien sea porque estamos sobrecargados de trabajo o simplemente porque tenemos una semana complicada. Si las expectativas creadas no se cumplen, podemos acabar el domingo con una sensación de vacío y un sentimiento de culpabilidad, en el sentido de no haber aprovechado lo suficiente el fin de semana. 



Por otro lado, la libertad para hacer lo que queramos durante el domingo, sin horarios ni obligaciones, se puede convertir en un arma de doble filo. Esto es, al tener todo el poder para administrar nuestro tiempo, ello puede ocasionar que no sepamos muy bien que hacer con él y como consecuencia de ello, acabemos por no hacer nada. Ese “no hacer nada” suscita en muchas personas, tedio y apatía.

El Síndrome del Domingo viene dado, también, por la situación laboral a la que nos enfrentemos. Si sufrimos de mucho estrés en el trabajo, nos preocupamos en exceso o estamos pasando por un bache profesional, tendemos a caer en el efecto de anticipación, es decir, pensamos en todo el trabajo que tendremos que hacer el lunes, los problemas a los que nos tendremos que enfrentar…; en definitiva, acabamos pasando la tarde de nuestro día libre, pensando en el trabajo de mañana  y no disfrutando el hoy, el presente.

Como último motivo que puede desencadenar este tipo de síndrome, podemos citar, el tiempo que el domingo nos deja para pensar en nosotros mismos y en nuestras vidas. Digamos, que el domingo nos sitúa ante el espejo donde se reflejan nuestros temores y cuestionamientos que, durante la semana no emergen por las obligaciones, la rutina  y la falta de tiempo. Esto supone que, de no estar contentos con lo que “ese espejo nos muestra”, aparezcan pensamientos y sentimientos que nos entristecen. En el caso específico de las personas que están solas, éstas experimentan en este día, un total sentimiento de soledad.


La actitud positiva es lo mejor para ahuyentar a este Síndrome

Casi todo en la vida es una cuestión de actitud. Evitar caer en el Síndrome del Domingo no es una excepción y va a depender de forma decisiva, en cómo afrontemos este día

Porque aunque el domingo es de hecho, el día de descanso por excelencia, eso no significa que deba convertirse en un tedio. Démosle la vuelta a nuestros pensamientos negativos y transformémoslos en positivos. Por ejemplo, a la recurrente frase “A la mañana siguiente tengo que trabajar. ¡Menuda semana me espera”; podemos responder con el siguiente pensamiento: “Sí la semana va a ser dura, mejor aprovechar este bonito día para practicar mi hobbie favorito o disfrutar de mi familia.”

¿A qué es buena respuesta? Pues, os aseguramos que respuestas como éstas pueden ayudarnos a alejarnos de sentimientos de tristeza o ansiedad. Si lo pensáis bien, un simple cambio en nuestras actitudes marca la diferencia entre tener un maravilloso día por delante para disfrutar, descansar y sentirnos bien con nosotros mismos, y un día aburrido y marcado por la tristeza, la melancolía y los malos rollos. 

Pasear, leer un libro, jugar con nuestros hijos, practicar nuestro deporte favorito, ir al cine...; actividades como éstas, pueden ayudarnos a pasar un feliz domingo. Para muchas personas el sábado es un día alegre, divertido y luminoso, mientras confiesan que el domingo es un día que no les gusta porque lo ven como inútil y apático. En realidad, si lo analizamos, no tiene ningún sentido, ya que la mayoría de las actividades que realizamos los sábados, las podemos hacer también los domingos. 

A veces debemos obligarnos a nosotros mismos a salir a la calle, ir al cine, quedar con los amigos, etc., aunque en el momento no nos apetezca, se trata de vencer esa pereza inicial que nos crea la tarde del domingo, olvidar que mañana tenemos que volver al trabajo y disfrutar del momento como en el resto del fin de semana.

Y por último, desde Clínica Barrachina, también os invitamos a que reflexionéis sobre el bienestar físico y mental que muchas veces provoca el “no hacer nada”. Porque  también es bueno practicarlo de vez en cuando. Dejar la mente en blanco, dialogar con nosotros mismos y simplemente, disfrutar de la tranquilidad de un día contemplativo, es también un buen plan para desconectar del ajetreo y actividad frenética que nos exige nuestro día a día.

Como siempre os recordamos que el equilibrio entre cuerpo y mente es imprescindible para vivir una vida apacible. Si estamos en paz con nosotros mismos, ningún síndrome, semanal o de cualquier otro tipo, podrá lograr que dejemos de ver el lado positivo de nosotros y nuestras vidas. ¡Buen día y sed felices!


jueves, 24 de mayo de 2012

Cómo no hacer que el sol se convierta en tu peor enemigo



Ahora que se acercan las tan ansiadas vacaciones y la época estival, no está de más, recordar las precauciones que debemos tomar para no poner en riesgo nuestra piel.

Por todos es sabido, que el sol proporciona efectos muy beneficiosos en nuestra piel cuando nos exponemos a él, de una forma moderada y sobre todo, protegida.

Pero, ¿cuál es la razón de que se produzcan daños en la piel?

Cuando la exposición al sol es excesiva e inadecuada, la piel acelera su oxidación y para defenderse, recurre a sus propias defensas como medio que tiene para poder luchar contra las agresiones externas, en este caso, las solares.
Sin embargo, estas defensas no son eternas y pueden agotarse. Esta capacidad se mide como el número de horas que un individuo puede exponer su piel al sol durante
toda su vida. Cuando se llega al máximo de horas consumidas es cuando comienzan a aparecer los problemas cutáneos y los signos visibles del fotoenvejecimiento

Esta capacidad, conocida como capital solar, está predeterminada genéticamente y no es modificable. El proceso de fotoenvejecimiento de la piel, es el siguiente: Los radicales libres intoxican el metabolismo celular y la fisiología normal de la piel se ralentiza. Aún así, la piel lucha contra los radicales libres produciendo los antioxidantes naturales que capturan los radicales libres y los neutralizan, evitando su efecto dañino. Pero cuando la agresión solar cutánea es intensa y repetida, la capacidad reparadora de la piel se ve superada. Esto indica que el capital solar se ha consumido y lo que comienza a hacer la piel es almacenar los daños solares en vez de neutralizar sus efectos.

Es como si la piel tuviese memoria y recordase todas las exposiciones solares, almacenándolas pero no eliminándolas, lo que es nocivo para ella.

¿Y  qué ocurre entonces?

El ácido hialurónico pierde su función y actividad y esto se refleja en la piel, ya que esta sustancia es la responsable de retener el agua y proporcionarle grosor, textura y su apariencia saludable y joven.

La prevención no es una opción

Prevenir estos efectos es posible, protegiendo de forma correcta y suficiente nuestra piel. Para ello, debemos aplicarnos siempre buenos protectores solares antes de la exposición solar, repitiendo la aplicación cada 2 horas si vamos a estar al sol durante un tiempo prolongado.

También es muy recomendable el uso de sombreros, viseras, sombrillas y unas buenas gafas de sol, homologadas, para evitar acentuar las patas de gallo que surgen alrededor de los ojos. Por otro lado, también puedes tomar protectores del sol orales, disponibles en las farmacias, pues son igual de eficaces para ayudar a combatir los efectos nocivos del sol en tu piel. 

Si a pesar de ello, aparecen signos visibles de daños en tu piel o ya los padeces, existen tratamientos médico-estéticos específicos, a través de los cuales se pueden paliar los efectos del fotoenvejecimiento y aumentar, así, el tono, tersura y brillo de la piel. Estos tratamientos consiguen el efecto de una piel más joven.

Existen, además, técnicas médico-estéticas que se aplican pasado el verano y cuyo objetivo es recuperar el aspecto saludable de la piel. Entre ellas, destacamos el Láser Q-Switched, los Peelings faciales o corporales y los Factores de Crecimiento Plaquetario.  Todas ellas, ayudan a eliminar los signos del fotoenvejecimiento y a mejorar el aspecto general de la piel.

Así que ya sabéis, disfrutad del sol pero siempre con moderación y mucha protección. Todas y todos queremos estar morenos en verano pero un exceso de exposición solar puede pasar factura a nuestra piel. Y como os hemos comentado en este post, ella tiene memoria y no olvida los excesos. Cuidarla, entonces, para que sólo tenga buenos recuerdos.

¡Buen día de sol!

miércoles, 23 de mayo de 2012

Recupera tu piel con los factores de crecimiento plaquetario


En los últimos años se vienen comprobando resultados visibles y eficaces de la terapia basada en los factores de crecimiento plaquetario del plasma rico en plaquetas.
Seguro que estás pensando, “Uy, que nombre más raro”. No te preocupes, después de leer este articulo, seguro que te parecerá un viejo conocido. ¡Vamos allá!

Lo primero de todo, ¿qué son los factores de crecimiento?

Los factores de crecimiento son una de las sustancias que forman parte del sistema de comunicación intercelular, sistema al que también pertenecen otras sustancias como
las citoquinas y las interleuquinas.

Esta comunicación entre las celúlas es necesaria que exista, para que éstas se reconozcan entre sí y se mantengan unidas. De no ser así, no se establecerían señales entre ellas y nuestro organismo lo tendría complicado, por ejemplo, para la formación de los tejidos. 



Regresando a los factores de crecimiento, podemos decir, que participan en la formación de hueso y cartílago, así como en la reparación de fracturas óseas, tendones y ligamentos. Es por ello, que la medicina deportiva y preventiva, aunque también la medicina estética y reparadora, se han interesado en ellos, como sustancias para uso terapéutico.

Existen 6 tipos de factores de crecimiento con una función y actuación diferentes. Concretamente los que se emplean en tratamientos de medicina estética y reparadora, tienen efectos muy positivos en la piel, ya que regeneran mejor y mucho más rápidamente los tejidos conjuntivos dañados.

De este modo, la aplicación tópica (externa sobre la piel) o por inyección subcutánea ofrece resultados muy favorables en las pieles envejecidas. Algunos de los que podemos destacar son:

- Restaura la capacidad de la propia piel de reparar los tejidos.

- Aumenta el grosor y la elasticidad de la piel.

- Mejora la microvascularización.

- Estimula las secreciones de la piel y ayuda a mantener la estructura cutánea con mayor integridad y juventud.


Un método fácil y seguro para obtener los factores de crecimiento a partir del plasma rico en plaquetas

La obtención no produce intolerancia ni rechazo, ya que los factores de crecimiento se extraen de la sangre del propio paciente.

El procedimiento es sencillo. Primero se extrae la sangre y después se introduce un tubo de citrato de socio, donde se la centrifuga para que no coagule y a su vez, para separar el plasma del resto de la sangre.

Tras esto, hay que activar el plasma rico en plaquetas, ahora sí para que se produzca la coagulación, para poder inyecta al paciente los factores de crecimiento interplaquetarios contenidos en el mismo. 



Te lo aseguramos, no existe ningún peligro en la aplicación de esta terapia, si bien lo único que puede ser que aparezca es algún pequeño hematoma en las zonas en las que se haya inyectado los factores al paciente o durante la extracción de sangre.


La piel se rejuvenece por ella misma


Con la edad, especialmente a partir de los 30 años, la piel comienza a perder parte de su capacidad reparadora y es entonces, cuando los signos del envejecimiento hacen su tan odioso acto de presencia.

A los 20 años, la piel es capaz de combatir mejor los factores asociados a los daños en la piel, como son el fotoenvejecimiento (daño solar), el estrés o el tabaquismo. Esto es así, porque unas sustancias de la piel llamadas fibroblastos mantienen su firmeza y la producción de colágeno.
Con el paso del tiempo, sin embargo, los fibroblastos bajan su producción de fibras elásticas y colágenas, hecho que afecta a la cantidad de ácido hialurónico, que es el
elemento que retiene el agua en la piel y la mantiene joven.
 
Con el tratamiento basado en los factores de crecimiento plaquetario, ahora es posible  frenar ese descenso. Y es aquí donde llegan las buenas noticias para nuestra piel. Porque recuperará la capacidad de regeneración que tenía a los 20 años, devolviéndole el grosor, textura y lozanía de la piel joven.

La fábrica de la juventud ya tiene su elixir y todos podemos beneficiarnos de él, para estar mucho más guapos y satisfechos con el aspecto y salud de nuestra piel.

viernes, 18 de mayo de 2012

Adelgazar usando la imaginación


Puede ser sorprendente, pero así lo sugiere un estudio realizado por la Universidad de Carnegie Mellon en Pittsburgh (Estados Unidos) y publicado por la revista Science.

El grupo de investigadores de dicha universidad realizó una serie de experimentos en los que algunos de los participantes tenían que imaginar cómo comían grandes cantidades de un alimento concreto. Para las pruebas se emplearon chocolate y queso. La hipótesis que los investigadores barajaban es que si una persona se imagina ingiriendo un alimento, esta construcción mental del acto de comer, podría desembocar en un menor consumo del mismo.

Este estudio se basa en lo que se conoce como habituación, es decir, la disminución
en la respuesta ante los estímulos repetitivos. Según explica uno de los autores del estudio, Joachim Vosgerau: “La habituación es uno de los procesos fundamentales que determinan la cantidad que consumimos de un alimento o un producto, lo que nos indica cuándo dejar de consumirlo y en qué momento consumir otro.»

Así, los experimentos consistieron en que se pedía a algunos participantes que se imaginasen a ellos mismos, ingiriendo grandes cantidades de chocolatinas o queso. A otros, en cambio, se les invitaba a imaginarse que comían una menor cantidad de los mismos alimentos. Tras finalizar, los investigadores dejaban un cuenco lleno de chocolate o queso y les daban total libertad para comer la cantidad que quisieran.  

De esta manera, el equipo de investigación llegó a la conclusión de que los participantes que se habían imaginado en primer lugar, comiendo grandes cantidades de dulces o queso, en realidad consumían mucho menos de estos alimentos que los otros participantes.

Los hallazgos de este grupo de científicos pueden ser muy interesantes para evitar la ingesta excesiva de alimentos poco saludables en el caso, por ejemplo, de personas obesas o diabéticas. “Nuestros hallazgos muestran que la habituación no se rige solo por la vista, olfato, oído y tacto, sino también por la forma en que la experiencia del consumo es mentalmente representada. Hasta cierto punto, imaginar una experiencia es un sustituto de la experiencia real.”, aclara Vosgerau.

Teniendo en cuenta esto, la línea divisoria entre imaginar y experimentar quedaría bastante desdibujada. De ser así, estaríamos ante una técnica revolucionaria para tratamientos de adelgazamiento.

Y vosotros, ¿qué pensáis?

¡Feliz finde!

martes, 15 de mayo de 2012

¡Qué la “operación bikini” no se te suba a la cabeza!


Esta frase que puede parecernos algo cómica, adquiere en esta época del año una seriedad extrema. En este periodo, cuando nos desabotonamos las camisas y las faldas y pantalones se acortan, mucha gente se da cuenta, de repente, de los pocos cuidados que su cuerpo ha recibido durante el invierno. ¿La consecuencia?
Más de la mitad de la población preocupada por perder kilos y adelgazar a toda costa para volver a entrar en ese bikini o bañador que no ha encogido sólo.
Pero, hay que tener cuidado porque esa incipiente preocupación puede transformarse en una obsesión que desencadene actitudes y comportamientos nada beneficiosos para la salud. Lo primero que hay que tener en cuenta es que tampoco podemos esperar milagros repentinos. Es decir, si en 9 meses hemos abandonado nuestro cuerpo a su suerte, no podemos pretender que en menos de un mes, se recupere de dicho abandono.
Lo mejor, siempre insistimos en nuestros pacientes, y hoy a través de nuestro blog, es seguir una dieta equilibrada, que nos aporte los nutrientes esenciales y con pocos excesos, complementada con la práctica habitual de ejercicicio físico. Y sí, esto suponemos que ya lo habréis leído o oído en muchos sitios, pero es que realmente es cierto. Si lo hacéis, no necesitáreis ninguna “operación bikini”, vuestro cuerpo os lo agradecerá y vuestra salud, también.
Sin embargo, como sabemos que mucha gente “ya ha llegado tarde” para seguir el consejo, queremos simplemente que conozcáis los peligros y riesgos sanitarios que la pérdida de peso rápido, pueden ocasionar en nuestra salud.

Las dietas milagro existen pero no hacen milagros
Hay muchísimas dietas que prometen perder peso rápidamente a través de la supresión drástica de alimentos o a base de ingerir un único alimento. Estas dietas, no nos cansaremos de decirlo, son muy peligrosas y además, en la mayoría de los casos, poco efectivas, puesto que tras seguirlas, se suele volver a ganar peso.
No lo decimos sólo nosotros, la Agencia Española de Seguridad y Nutrición (AESAN), ha elaborado un documento con el objetivo de dar a conocer a la población los riesgos que, para la salud, representa el seguimiento de este tipo de dietas, las dietas milagro.
En dicho documento, la institución explica cómo detectar si estamos frente a una dieta milagro. Según esto, una dieta milagro es toda aquella en la que existe una promesa latente de pérdida de peso rápida y sin esfuerzo, (por ejemplo, 5 kg por mes), asegurándose la total seguridad sanitaria de seguirla.
En cuanto a los riesgos asociados a este tipo de dietas, AESAN cita los siguientes:
- Puede provocar deficiencias de proteínas, vitaminas y minerales por la falta de consumo de alimentos que las contienen.
- Producir efectos psicológicos negativos.
- Desencadenar, incluso, trastornos del comportamiento alimentario (anorexia y bulimia), a veces de mayor gravedad que el exceso de peso que se pretendía corregir.
- Favorecer el efecto “rebote” o “yo-yo”, es decir, la rápida recuperación del peso perdido.
Además, en su documento, señalan los tres grandes grupos en los que se integran las dietas milagro más populares:
- Grupo 1. Dietas hipocalóricas desequilibradas: 
Provocan un efecto rebote, caracterizado por una rápida ganancia de peso, que se traduce en un aumento de masa grasa y pérdida de masa muscular. Esto obedece a que el metabolismo se adapta a la disminución drástica de la ingestión de energía mediante una disminución del gasto energético. Estos regímenes suelen ser monótonos, además de presentar numerosas deficiencias en nutrientes, sobre todo si se prolongan por largos períodos de tiempo. Algunas de las dietas milagro pertenecientes a este grupo son la Dieta “toma la mitad” o la Dieta Gourmet
-  Grupo 2. Dietas disociativas:
Según este tipo de dietas, los alimentos no contribuyen al aumento de peso por sí mismos, sino al consumirse según determinadas combinaciones. No limitan la ingestión de alimentos energéticos sino que pretenden impedir su aprovechamiento como fuente de energía con la disociación. Esta teoría carece de fundamento científico y los resultados obtenidos sólo obedecen a un menor consumo de energía, ya que no existen alimentos que solamente contengan proteínas o hidratos de carbono. Dietas milagro de este tipo son la Dieta de Hay o Disociada, Régimen de Shelton, Dieta Hollywood, Dieta de Montignac,entre otras. 
-  Grupo 3. Dietas excluyentes:
Consisten en eliminar de la dieta algún nutriente. Dentro de este grupo de dietas, se identifican, además, subcategorías:
1.     Ricas en hidratos de carbono y sin lípidos y proteínas, como la Dieta Dr. Prittikin y la Dieta del Dr. Haas.

2.     Ricas en proteínas y sin hidratos de carbono, como la Dieta de Scardale, Dieta de los Astronautas, Dieta de Hollywood y la Dieta de la Proteína Líquida. El principal riesgo para la salud de este tipo de dietas es que provocan una sobrecarga renal y hepática muy importante, por causa, principalmente, del exceso de proteínas.
3.     Ricas en grasa: Se conocen como dietas cetogénicas, llamadas así, porque generan una situación de cetosis, similar al ayuno. Pueden ser muy peligrosas para la salud, produciendo graves alteraciones en el metabolismo. Son dietas de este tipo, la mundialmente conocida Dieta de Atkins.
Esperamos que este articulo os haya servido para entender, que más allá de lo puramente estético, la salud es siempre lo primero. Desde Clinica Barrachina insistimos en que aprender a comer saludablemente es la mejor opción si quieres perder peso. Los resultados no son tan rápidos pero, como reza el dicho, lo bueno se hace esperar.
¡Feliz día!
Fuente: AESAN

viernes, 11 de mayo de 2012

Sueña con una piel mejor y la tendrás


foto: Gabriele Rigon


Este mes nuestras ofertas van encaminadas a la mejora del estado de nuestra piel. Sin embargo, como el mejor tratamiento siempre es la prevención, hoy vamos a hablaros, de un factor muy importante para mantener la salud y belleza de nuestra piel. Es un método totalmente gratuito, súper sencillo y vital, no sólo para el bienestar de nuestra piel, sino para nuestro cuerpo y mente, en general. Nos estamos refiriendo, al sueño.

No vamos a predicar aquí la cantidad de horas que se debe dormir por día, pues eso depende mucho de cada persona. Hay personas que con tan sólo 5 horas de sueño, se sienten bien y otras, necesitan 9  o 10 horas. Como en casi todo en esta vida, lo beneficioso no es la cantidad sino la calidad del sueño que disfrutamos cada noche.

Al margen de todo ello, lo que nos interesa tratar en este post, es cómo la calidad de nuestro sueño influye en el estado de nuestra piel. Porque la verdad es que lo hace y mucho. Existen múltiples estudios e investigaciones científicas que sostienen que la falta de sueño produce radicales libres que causan el envejecimiento prematuro. En este punto, la piel va perdiendo su brillo y lozanía natural, tornándose opaca. 

Pero, ¿por qué están importante dormir para la piel? Lo es porque durante la noche el cuerpo aprovecha para eliminar desechos, recuperarse del estrés y de las obligaciones diarias y es el momento en el que todas nuestras funciones descansan. Todos necesitamos un respiro, tú piel también y sino se lo das lo nota. La piel expresa tanto el descanso que le damos como el que no le damos. Así, cuando no se lo damos, todas las funciones de nuestro cuerpo se alteran y es la piel el reflejo de dichas alteraciones.
¿Cómo lo expresa la piel? Pues, luciendo opaca, con ojeras (al no eliminar desechos) y envejeciendo.  
Cuando la piel duerme…

El sueño está formado de varias etapas que van desde las más leves hasta las de sueño profundo donde la relajación es máxima.

En un primer momento, cuando alguien va a dormir, tiene un sueño superficial. En este periodo, el cuerpo todavía no se ha relajado totalmente, y por ello, no se inicia aún la regeneración de tejidos. Tras este sueño ligero, se sucede un intervalo en el que la persona entra en el sueño profundo, también conocido como etapa REM (Rapid Eye Moviment). En él, las ondas cerebrales se hacen más lentas y el cuerpo descansa totalmente. Por ello, es durante esta fase cuando se dan muchos de los procesos químicos necesarios para el cuerpo, como la digestión de la comida o el refuerzo de los huesos. Así, en la etapa REM se sucederán toda la serie de fenómenos indispensables para la piel.

En este tramo del sueño, hay un aumento de la secreción de la hormona del crecimiento (HGH). Esta hormona producida por las glándulas pituitarias (hipotálamo) es la encargada de la regeneración de las células. En los niños y jóvenes se libera durante el día y la noche, pero en los adultos, tan sólo aparece mientras se duerme. Por ello, si no se descansa, esta hormona no se liberará, evitando así, la regeneración celular. De hecho, la ciencia afirma el efecto de esta hormona sobre el rejuvenecimiento.

Otro de los procesos que se activan en la fase de sueño profundo, es la oxigenación, ya que en este periodo la respiración se hace más lenta y relajada, de modo que llega más oxígeno a las células del cuerpo. Además, también se ha demostrado que mientras se duerme, se liberan los radicales libres, los principales agentes que causan el envejecimiento cutáneo. Asimismo, en el organismo se incrementa la creación de la elastina y el colágeno, dos sustancias que otorgan la tersura y la elasticidad necesaria para tener una piel bonita y brillante. Por último, y no por ello menos importante, se produce un relajamiento de los músculos de todo el cuerpo, incluidos también los faciales. 

foto: spineadapta
Teniendo en cuenta todo lo anterior, estamos más seguros de afirmar que la persona que trasnocha frecuentemente, ya sea por trabajo, placer o sencillamente por no poder dormir, tiene más probabilidades de sufrir el envejecimiento prematuro de su piel y otros problemas de salud relacionados.
Así que ya sabéis, amigos y amigas, el sueño es el espejo en el que se mira nuestra piel y al mismo tiempo, nuestra piel es el reflejo de nuestro sueño. Si éste es el adecuado, soñar con una piel más bonita y sana se convertirá en toda una realidad.
¡Feliz fin de semana y felices sueños!

jueves, 10 de mayo de 2012

Ortorexia, cuando la comida sana hace daño



Mucho se ha hablado de trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia. Sin embargo, en los últimos años, hemos comenzado a hablar de una nueva enfermedad relacionada con la alimentación. Este es el caso de la Ortorexia, problema que vamos abordar en el post de hoy. 
ortorexia-clinica-barrachina

La Ortorexia nerviosa es un término acuñado por Steven Bratman, médico especialista en terapias alternativas, que se interesó por investigar las causas y consecuencias de esta obsesión patológica por la comida sana. Llegó, incluso, a publicar un libro bajo el título, "Health Food Junkies", en el que indentificaba los principales síntomas de la ortorexia nerviosa y daba consejos para tratar de superarla.
El término Ortorexia proviene de la palabra griega, ρθός”, “orthos”, lo que literalmente significa “apetito correcto”.
Bratman siempre sostuvo que la ortorexia es una obsesión perjudicial para la salud, llegando a compararla, incluso, con el trastorno obsesivo-compulsivo. La idea de este profesional era que, si bien las personas que padecen esta patología, siguen una dieta saludable, rica en alimentos beneficiosos para su organismo, también restringen ciertos alimentos considerados esenciales para el correcto funcionamiento del mismo, como son, por ejemplo, las grasas y los productos de origen animal como la carne.
Los ortoréxicos normalmente no son conscientes de que tienen un problema, ya que se sienten muy orgullosos de llevar un tipo de alimentación basada en “alimentos sanos”. No obstante, se olvidan de que están desequilibrando completamente su dieta al eliminar de forma drástica alimentos que no son prescindibles de ningún modo. El resultado sorprende por lo paradójico que es. Los enfermos de ortorexia acaban llevando una mala alimentación que, en los casos más extremos, les puede llevar hasta la desnutrición.

¿Cómo es un ortoréxico/a?

 

Los ortoréxicos/as son personas cuya vida gira en torno a lo que comen. Esto les lleva a invertir la mayor parte de su tiempo en su alimentación, dejando de lado otras actividades, hasta el punto de aislarse socialmente. 

 

ortorexia-clinica-barrachina

 

Este modo de conducta deviene, en lo que el doctor Bratman, describe como comportamiento obsesivo-compulsivo. El mayor problema de las personas que padecen esta enfermedad reside en su mente, es pues, una dolencia psicológica. Su mente les dicta qué comer y cómo hacerlo, estableciendo reglas que llevan a estos enfermos a suprimir cualquier tipo de alimento que no sea considerado “saludable”. De esta forma, ellos mismos van creándose sus propias reglas alimenticias y es por ello, que acaban por tener concepciones diferentes de los alimentos. 
Teniendo en cuenta todo ello, puede asaltarnos una pregunta lógica, ¿cuál es la diferencia entre un ortoréxico y un anoréxico? Ambos padecen una obsesión que proviene de una patología obsesiva, pero la diferencia está en el objetivo final de la conducta de cada uno. Así, el anoréxico restringe todo tipo de alimentos con el objetivo de estar delgado, mientras que el ortoréxico lo que persigue es estar sano. Es decir, el primero se obsesiona con la cantidad y el segundo, por la calidad del alimento que ingiere.

Síntomas y consecuencias de la obsesión por la comida sana


Los síntomas principales son los que ya hemos descrito, obsesión con la alimentación saludable, que lleva a excluir de la dieta diaria, las carnes, grasas, alimentos tratados con herbicidas o pesticidas, los cambios en el comportamiento de la propia persona, no sólo alimenticios, sino también en su forma de relacionarse socialmente (por ejemplo, dejar de salir a cenar con amigos por miedo a ingerir alimentos “poco sanos”) y sentimiento de culpabilidad cuando caen en la tentación de los “alimentos prohibidos”.
Las consecuencias más graves son la desnutrición e incluso,  la muerte por inanición
El tratamiento de este tipo de enfermedad psicológica debe abordarse desde distintas perspectivas médicas para poder conseguir la rehabilitación total del paciente. Éstas incluyen, la corrección de las posibles complicaciones orgánicas causada por la restricción drástica de alimentos, la rehabilitación nutricional y la recuperación de las pautas normales de alimentación así como el estudio de los posibles problemas psicológicos, familiares y sociales que presente cada enfermo.

En Clínica Barrachina ya sabéis que apostamos por llevar una vida equilibrada que nos permita sentirnos bien por dentro y por fuera. Todo lo que nos lleve a un desequilibrio tanto emocional como físico, puede tener consecuencias muy graves para nuestra salud.
Creemos que el equilibrio lo encuentra cada uno dentro de si mismo. No siempre es fácil ya que el bombardeo al que nos someten todos los días en la televisión, las revistas y la publicidad, nos lleva a no saber distinguir muy bien lo que es “bueno” de lo que es “malo”, llevándonos a malinterpretar mensajes que pueden desembocar en trastornos como la ortorexia.
El mejor consejo es aprender a escucharnos porque sólo a través de la escucha activa, lograremos conocernos a nosotros mismos, aceptarnos y encontrar esa paz y bienestar interior que nos permita vivir tranquilos y satisfechos, alejados de fobias y obsesiones.